¡Hola, colega lector! Bienvenido a este blog, hecho para las asignaturas
de Filosofía y Psicología de 2º de Bachillerato. A lo largo del
curso iré exponiendo por aquí información y redacciones sobre
diferentes temas que vayan surgiendo en las clases.
Para empezar con el
área de Psicología, es indudable que hay que hablar un poco del
médico Sigmund Freud, padre del revolucionario psicoanálisis, y
primer motor dentro del campo de estudio de la Psicología.
Dentro de su extensa
teoría psicoanalítica, uno de los postulados de más peso en su
día, fue el siguiente:
Como ya antes
investigó, nuestra mente tiene un contenido conciente, que
podemos reconocernos a nosotros mismos y a los demás (recuerdos,
pensamientos racionales aprendidos...), y otro contenido, el
subconciente, que sin darnos cuenta, tal vez domina la mayoría
de nuestros actos y nuestros deseos a lo largo de nuestra vida.
Pues bien, durante
nuestro crecimiento y para adaptarnos a la vida social, conservando
un equilibrio entre nuestro contenido conciente y subconciente,
desarrollamos tres instancias en nuestro pensamiento:
El Yo:
Es, a finde cuentas,
la identidad que nos creamos ante los demás. Con el Yo, buscamos
reconocernos a nosotros mismos y ser reconocidos ante los demás,
otorgándonos un nombre, unas ocupaciones y, en general, una forma de
ser que sea compatible con nuestro entorno social.
El SuperYo:
Es el conjunto de
normas, conductas aceptadas socialmente y límites a nuestros
impulsos, que aprendemos en nuestras primeras etapas de la infancia.
Según Freud, el SuperYo constituye una “barrera”, mediante la
cual aprendemos a controlar nuestros impulsos sexuales, violentos o
salidos de la norma establecida, en general.
El Ello:
Finalmente, y
posiblemente con un papel muy dominante en nuestra mente, aunque no
nos lo parezca, en nuestro pensamiento ocupa un gran lugar un
conjunto de deseos, pensamientos primitivos y de origen irracional
que está en constante conflicto con el Yo y el SuperYo.
Para Freud, la
sexualidad (entendida como una pulsión primitiva, que se puede
manifestar de maneras muy diversas), tiene una incidencia incesante
sobre el individuo desde su infancia. Por ello necesitamos de la
creación de las otras dos parcelas dentro de nuestra mente, para
controlar tales pulsiones y sus desastrosos efectos, dominando (o
intentándolo, ya que según el investigador, somos casi esclavos de
estas pulsiones) nuestro principio primitivo del placer.
Este doctor,
investigador durante toda su vida de las patologías de la mente,
postuló que la mayoría de neurosis (enfermedades mentales)
existentes, se deben a un desequilibrio entre un contenido del Ello
excesivamente restringido, lo cual constituye una energía que
necesita salir de algún modo por algún lugar, y se puede manifestar
incluso en forma de ansiedades, depresiones o trances de violencia, el mal de la represión, como lo llama él, era el culpable de gran cantidad de desequilibrios mentales.
Por último, como soy
de Humanidades, no puedo evitar hacer un pequeño apunte.
¿Sabíais que allá
por el s.V a.C., los antiguos griegos ya creían en ciertas tendencias
propias del dios Dioniso (patrón del vino, el sexo y el teatro, imaginaos qué clases de tendencias), que posteriormente fueron acuñadas por Nietzsche como Virtudes Dionisíacas, las
cuales forman parte indudable de nuestro alma, y si no son liberadas, provocan
desequilibrios y enfermedades mentales?
Y todo eso lo descubrieron sin saber qué diablos sería en el futuro un diván. Curioso.
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